Estoy constantemente escribiendo sobre sitios para ir, así que a partir de ahora también voy a incluir recomendaciones sobre donde no hay que ir.
Inaguro esta línea de artículos de opinión personal con el restaurante la casa encantada, en la Laguna, concretamente en la calle Manuel de Ossuna, al lado de la calle San Juan.
El restaurante sin duda tiene un aspecto muy tradicional por fuera, con una pizzara anuncia las novedades del día. Ambas cosas y alguna recomendación que me sonaba me incitaron a entrar, que mala idea!. El restaurante estaba bastante lleno, por dentro la decoración era bastante buena y el ambiente tampoco estaba mal, quizás habían demasiadas mesas para el espacio, pero bueno en lineas generales bien. La carta no era muy amplia, algo que agradezco de los restaurantes, porque me da la impresión de que no van a servir platos de relleno o de comida congelada.
De las sugerencias de la pizzara de fuera pedimos:
-Ensalada tíbia de gambas y ajetes
-Plato de jamón ibérico de bellota
-Rollitos de salmón, gamba y queso con sucedaneo de caviar.
Casí al instante nos trajeron los rollitos de salmón, concretamente eran 3 lonchas enrolladas en una gamba con queso blanco de untar con sucedaneo de caviar a los lados. Un plato escaso, aunque muy bien presentado y con un sabor corriente.
Luego no mucho tiempo después llegó el «jamón ibérico de bellota», aquí empezó nuestra decepción, de bellota no era seguro y hasta dudo que fuera ibérico. Era un plato generoso pero de un jamón sin ningún tipo de brillo, seco y casí sin grasa alguna, no estaba muy lejos de cualquier jamón serrano de hembra del mercadona de 3 euritos.
A pesar de que el orden de servir los platos no me resultó muy lógico esperaba con ansias la ensalada tibia, sin embargo tras 10 minutos de espera nos dice el encargado «La ensalada ya sale..» luego a los 20 minutos le preguntamos y nos dijo «Ya esta apunto de salir la ensalada» y finalmente a los 30 minutos decidimos dejar la comida y pagar lo consumido.
El encargado pronunció una más que clara forzadisima disculpa, alegando que » se había atascado la cocina» y nos ofreció invitarnos a la comida para que otro día volvieramos, sin embargo preferimos pagar y no volver.
Por esto que les cuento, pienselo dos veces antes de acudir a este lagunero restaurante: servicio lento y perezoso, platos decepcionantes, una ensalada que tarda más de 30 minutos en salir y sobre todo la falta de detalle en los 30 minutos que esperamos por la ensalada. Un simple gesto de invitarnos a dos pedazos de queso mientras esperabamos a la ensalada hubiera cambiado mucho mi opinión del lugar.
Por cierto el sitio no es nada barato, no espere pagar menos de 20 euros por cubierto.